Swami Kurma Rajadasa es Monje Sivaíta, filósofo Sivaíta y Vedanta Advaita, investigador de la Consciencia, de la Naturaleza Humana y escritor. Nace un 7 de enero de 1973 en Valencia, España. Valencia es conocida como la ciudad de las flores, de la luz, del color, y sobretodo, del fuego, una constante en su vida; el fuego purificador que quema los klesas -condicionamientos- en su sadhana diaria. En su temprana inquietud de búsqueda llega a India, donde se hace discípulo, durante 10 años, de Swami Agnisambhava -la nacida de la flor del fuego. Acude allí todos los años, desde que tiene 20 -desde 1993-, para seguir estudiando a su lado. Su maestra deja este mundo a la edad de 102 años, el 4 de abril del 2002. A los 15 años, aproximadamente, despierta a la Luz del Sendero. Las discotecas, los amigos y todas las cosas típicas que hacen los adolescentes no le llenan, se aburre con ellos. Las artes marciales, como el Karate Kyokushinkai y el Aikido, son sólo pequeñas puertas que había de traspasar para vislumbrar un infinito, pero aún lejano horizonte. El Yoga se hace cada día más presente, y a los 20 años, insatisfecho del devenir de su vida, inicia su primer viaje a India, con billete sólo de ida, "no tenía más dinero".
Durante este primer viaje recorre los lugares más típicos para aprender Yoga, meditación y algunas de las técnicas arcaicas del éxtasis. Rishikesh, Benarés o Calcuta, son algunas de las ciudades que le van conduciendo en dirección a su verdadero Camino. Un primer viaje, intenso y apasionante, marcando en él una huella imborrable. Muchas vivencias, vicisitudes y gentes nuevas de las que aprender: maestros, maestras, sadhus, saktas, jainas, todos ellos fueron los anfitriones que le guiaron hasta Śiva. Un atardecer caluroso y muy húmedo, sentado en los ghats de la desembocadura del Ganges, con la atención absorta en las gentes que incineraban cuerpos de difuntos en el ocaso -el reino de los muertos-, se le acercó por detrás un anciano de largo pelo blanco y le susurró algo que no atinó bien a comprender, pero que le sonó a "viaja al norte, a Darjeeling, allí encontrarás lo que buscas". Aquel hombre desapareció, misteriosamente, tan rápido como había llegado y sin dejar rastro alguno. Dos días mas tarde, Kurma Rajadasa llegó a Darjeeling. Era una fría noche de cielo muy estrellado y, en medio de aquella desconocida y gélida oscuridad, no sabía hacia donde dirigirse, el anciano de Calcuta no había dado ninguna otra indicación.
Pasó la noche como pudo, y al día siguiente, después de la habitual meditación al amanecer, emprendió el camino guiado por su propio corazón. Tras largas horas de caminata, sin saber realmente hacia donde iba, agotado, cayó al suelo y durmió profundamente. Cuando despertó, súbitamente, tenía total claridad de qué dirección seguir. A los 10 minutos encontró una vieja casa de piedra, no muy grande. Era un antiguo y semiderruído monasterio. En él encontró a una mujer de pelo largo y blanco, que compartía su vida con su pareja, un hombre mayor que ella, y algunas personas, monjes quizá, que le ayudaban en los quehaceres diarios a cambio de enseñanzas y sadhana. Ella era Agnisambhava, su Maestra. Una mujer que, ya entonces, cuando él la conoció, tenía 92 años. De noble cuna y muy cultivada, había renunciado a la vida mundana para entregarse a Śiva a los pies de las montañas del Himalaya, igual que hiciera Parvati cuando se retiró a un bosque cercano al monte Kailás. Su primer maestro espiritual había sido su padre, y de él lo aprendió todo, incluso los varios idiomas -hindi, sánscrito, chino, tibetano, inglés y un poco de español-, que hablaba correctamente aunque ella siempre decía que no. No fue nunca al colegio, tampoco lo necesitó y se sentía muy orgullosa de ser una analfabeta e inútil para el Sistema. Todo el conocimiento que le fuera transmitido por su padre y su Linaje irradiaban desde algún lugar desconocido de su Ser con una fuerza irresistible. "Nada más llegar, vi unos ojos profundos que me miraban fijamente, y sentí que me estaba dando su bienvenida." -relata Kurma, emocionado, al revivir aquel instante.
Permaneció en ese pequeño y apartado santuario himalayo, con su maestra Agnisambhava durante 10 años, hasta que ella falleció voluntaria y conscientemente, junto con su pareja, que tenía la edad de 102 años. Tras largos y duros años de estudio, meditación, y de práctica intensa y disciplinada de todas las técnicas tántricas que le enseñara su Maestra, recibe, a los 28 años de edad, en 2001, la iniciación -diksa- por parte de Agnisambhava. Y se le otorga, durante esa ceremonia, su nombre Real o de Iniciado, Kurma, entrando así a formar parte del linaje Rajadasa -rey y esclavo-, tomando los secretos votos Sivaítas, en un bautismo completamente consciente y voluntario. Desde entonces dedica su vida a transmitir su Linaje por el mundo, -el Sagrado Sendero del Tantra Sivaíta-, intentando transmitir lo más fielmente posible las enseñanzas Sivaítas.
Vagabundo del Dharma hasta que encontrara a Śiva, es, por tanto, Śivaíta por devoción, convicción, comparación, eliminación y sentimiento; -dice contundente. La filosofía occidental de salón no va conmigo, -asegura Kurma. Considero que la filosofía debe ser algo vivo, vivido y practicado en el día a día, al más puro estilo oriental, y no debates de salón de alto nivel intelectual -afirma. De todas las tradiciones orientales, me identifico con el Śivaísmo porque la búsqueda de la Verdad es directa y sin florituras, -dice sonriendo. El Śivaísmo ignora todo dogma; no es una religión entendida al modo común tradicional. El Śivaísmo es una búsqueda libre e individual de todo lo que nos une con el Universo y no depende de nadie, sino de nosotros mismos, que queramos evolucionar y lleguemos al Reconocimiento Esencial -Pratyabijña-. El Tantra nos dice que cualquier acontecimiento de la vida no es ni bueno ni malo, que todo es válido y se puede transformar para la propia evolución. Y eso es lo que en definitiva significa Tantra, Transformación -concluye el Maestro.
Extraído de una entrevista para la revista Athanor, Barcelona, 2010.
Swami Kurma Rajadasa es Monje Sivaíta, filósofo Sivaíta y Vedanta Advaita, investigador de la Consciencia y de la Naturaleza Humana.
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