Las energías sexuales del ego te conducen a un precipicio oscuro y peligroso, y deseamos que regreses; que regreses al amor y las expresiones amorosas, amables, gratificantes del amor espiritual, tu verdadera salvación.
Estamos aquí para enseñar el camino a la dicha divina, y sabemos que estás asustado; asustado de yacer desnudo acariciando a tu amante con extasiada atención y honor. Sabemos que tienes miedo de besar, besar y conectar, de sentir tal profunda conexión y placer que el ego comienza a ponerse muy nervioso, sintiendo la amenaza al acceso de tu corazón bien protegido y limitado que cree seguro.
Nunca, en ningún otro lugar, hemos visto más personas heridas y solitarias que en este planeta en este momento. Todos vosotros estáis en un estado tal que hemos venido de todas partes, de diferentes tiempos y lugares, para enseñaros cómo aliviar el profundo sufrimiento en el que os encontráis. Y de hecho, es en el dormitorio, en tu relación contigo mismos, tu amante, y Dios, que estas heridas comenzaron.
No puedes tener un día sin pasión y disfrutar de una noche llena de pasión; eso no sucederá. Da amor todo el día y tendrás la garantía de recibir amor toda la noche. La experiencia sexual divina te conecta a ti, a Dios y a tu amante— si tienes uno— juntos en una danza divina de dicha.
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